No hay limites para el amor de Dios. ÉL nos ama aunque no le amemos; nos perdona aunque no lo merezcamos; nos llama aunque no respondamos. Quiere cambiarnos aunque no se lo pidamos; quiere salvarnos aunque no valoremos el costo infinito de nuestra salvación. Así de profundo y y abnegado es el amor de Dios hacia nosotros. Se deleita cuando estamos con él, y modela nuestro carácter para seguir estando a su lado por la eternidad. Cuando creas que falta amor de los demás, ¡RECUERDA QUE DIOS TE SIGUE AMANDO TIERNAMENTE!, nos abre sus brazos para rodearnos con su amor inefable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario